jueves, 12 de abril de 2012

TC: El lento emigrar de una categoría… cada vez más bajo el paraguas del dinero.

Cabe mencionar que no tengo relación personal con pilotos o dueños de equipos del TC. Por ende, todo lo que expreso viene de mi propia mirada e interpretación de la realidad, y no de testimonios directos de terceros.

La salida del HAZ bajo las emociones y frustraciones a partir de la muerte de Guido Falaschi, dejó un sabor amargo dentro del abanico de sensaciones de dolor, además de una mirada crítica sobre los manejos de una categoría que a medida que pasan los años es cada vez más negocio y menos caballerosidad o “códigos”.

El final del JP en TC aparentemente como consecuencia de “El que mucho abarca poco aprieta”, en realidad acentúa la mirada en un aspecto, pero me hace reflexionar en otros. Lo efímero manda, el compromiso y la palabra son apenas circunstanciales, y el deporte ha ido desapareciendo en pos de la inmediatez. La estrategia es todo, los resultados lo único que cuenta… y la categoría con sus normas y reglamentos no hace más que acelerar un proceso de deterioro de valores que en algún momento fueron los primordiales.

Es por ende, la categoría la que está haciendo las cosas mal en algunas áreas. No es casual que Lema y otros sientan que ya no desean estar en el TC. Cada quien paga sus errores, pero el marco y las consecuencias vienen de una dirigencia con el pensamiento centrado en el negocio. La actividad debe ser autosustentable económicamente, y cuántas más familias puedan vivir dignamente de ello, mejor… Pero no a cualquier costo, y mucho menos cuando se trata de valores esenciales para la dignidad humana.

¿Por qué se dejó de lado la atención de la seguridad en lo que atañe a infraestructura necesaria en los autódromos? La muerte de Guido lo marcó como nunca: Por no invertir lo necesario, y hacer la vista gorda cumpliendo normas “propias” y no las que tan claramente marca la FIA. El dinero por sobre la seguridad.

¿Por qué se permiten finales del TC con parques de una demostradamente peligrosa cincuentena de autos? ¿Por qué corren pilotos que realmente no están capacitados, ya sea por inexpertos o por mostrar sistemáticamente actitudes agresivas y carentes de respeto para con la vida y seguridad de los demás? La única respuesta posible pasa por los números. Más autos, más pilotos, más dinero, todo para engrosar no solo el parque, sino sobre todo las arcas de quienes perciben ingresos desde todas las áreas de negocios involucrados. El dinero por sobre la seguridad.

¿Por qué no se bajó del auto por una larga temporada al –para nada inocente en sus sistemáticas actitudes agresivas y descuidadas- “Bebu” Girolami? ¿Es más importante como eslabón económico de una larga cadena de intereses, que como lo que pudo ser una muestra de castigo ejemplificadora? El dinero por sobre la seguridad.

¿Por qué se mantiene en la Presidencia de la ACTC a alguien incapaz de admitir errores que llevaron a la muerte de Falaschi? ¿Dar vuelta la hoja y encarar la temporada 2012 con medidas que solo atacan “Pour le Gallerie” algunas actitudes de los pilotos, es suficiente para solucionar los problemas de fondo? ¿O es que simplemente priorizar el negocio y cargar sobre el eslabón más débil es lo único que importa? ¿Cambiar lo aparente para dejar el negocio intacto?

¿Por qué la categoría se transformó en una despiadada y calculada máquina de triturar proyectos? Siempre hay alguien en lo individual o un grupo de trabajo que es mejor que los demás. Es la naturaleza de la vida. Sin embargo en un proceso dinámico, la gente aprende, crece, cambia… y eso requiere tiempo, esfuerzo, hermanado de partes que hacen a un todo. Hay un solo ganador, y del segundo no se acuerda nadie. Sin embargo, en cuanto a los Sponsors, los primeros cinco importan mucho… los diez cuentan… el resto… Estar “entre los diez” y permanecer todo un año, algo equivalente a asegurarse entrar en el “Play Off” asegura presupuesto. Fuera de eso, prácticamente no se existe. En un parque de cincuenta autos, estar relativamente adelante es comercialmente imprescindible. Del quince para atrás, difícilmente se aparece en imagen, excepto por accidentes y errores groseros. Achicar el parque de las finales a no más de 25 autos cambiaría drásticamente esta realidad comercial en múltiples aspectos. No solo se aumentaría la seguridad al haber la mitad de autos en pista, sino que la pelea mortal por estar dentro del pelotón de punta tendría otros matices, menos urgencias, más tiempo para elaborar y madurar proyectos técnico-deportivos.

Preparadores de primer nivel hay pocos en cada área. Su límite físico para atender autos está comprobadamente limitado. Los ayudantes colaboran, pero el ojo del especialista no puede estar en todos lados. El ejemplo JP es lo más a mano. La salida de Rossi “en yunta” con Gliemmo, dejando una estructura sobrepasada por el número, era algo no solo previsible sino lo más lógico. Conforman un equipo perfectamente funcional, en el que cada uno sabe como interactuar con el otro para obtener el mejor resultado. Salir masivamente de las estructuras piloto-preparador en relación íntima y haber pasado a las grandes “Mega” fue un proceso de ida buscando resultados bajo el paraguas de los mejores… pero tenía la vuelta con fecha puesta. No se puede mantener en el tiempo.

Es la categoría la que con sus reglamentos “antinaturales” en busca de mejorar el negocio a fin de año, fue creando marcos extraños, necesidades de inmediatez, especulaciones de los que andan bien, actitudes como las de Rossi “manejando legítimamente” el ritmo de un trencito, y cosas que a los aficionados no nos gustan. Curiosamente, se supone que el aficionado es el destinatario del esfuerzo y capacidades de los protagonistas. Algo no está bien. Los valores que se han puesto por delante no son los que la gente quiere. La cantidad no hace a la calidad, y el dinero no es más importante que los códigos y la vida. Quien se de cuenta, cambie el rumbo, y logre poner las cosas nuevamente en su lugar, quedará en la memoria de la gente no como un comerciante, sino como un verdadero líder. Algo que por ahora no se ve en el TC, ni –siendo justo- en otras categorías.

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