martes, 1 de enero de 2013

El piloto-deportista es más que el auto… o a la inversa?



El piloto-deportista es más que el auto… o a la inversa? Y el deporte?

Prácticamente desde la cuna escuché decir a mi padre, amante del deporte motor, la siguiente frase: “Fulano camina más que el auto”, en obvia referencia a alguna de las glorias consagradas o en proceso de serlo en aquellos días.
Las historias de los Gálvez y Fangio se entretejían con otras figuras del TC mientras de la mano de mi padre miraba pasar cupecitas a la vera de una ruta. Luego, allá por 1968 me deslumbraba con el primer auto de mi viejo, mientras “il matto” Pairetti ganaba con el trueno naranja aquel histórico campeonato… las nuevas tecnologías marcaban que los desarrollos tecnológicos habían llegado al país hacía rato, y que un puñado de ingenieros inolvidables nos brindarían las herramientas protagonistas de espectáculos y emociones que llegan hasta nuestros días.
Para una mente juvenil como la mía, era fuente de sueños ver en esa época el Berta LR compitiendo en la temporada internacional en nuestro autódromo, los desarrollos del Ing. Pronello con el prototipo Ford, luego imbatible como “Trueno Naranja”… en esos años esperaba ansioso la llegada al Kiosco de la revista “Parabrisas Corsa”, y la radio Spika no se alejaba de mi oído en cuanto programa automovilístico salía al aire…

Y siempre estaba en boca de mi padre y luego en la mía la famosa frase: “Corre más que el auto”…
De la mano de la adolescencia llegaron mis primeras metidas de mano en la carburación, tocaditas de múltiple y pequeñeces que hacían que el auto “del viejo” caminara un poco más que sus hermanos… y él, feliz… cumpliendo su propio sueño de “caminar más que…” Hasta que el que manejaba era yo mismo, autos propios y de amigos “tuercas” con los que compartíamos los mismos sueños.

Pero volvamos al presente.
Creo que jamás como en este año-temporada 2012 pensé tanto en el tema.

En fórmula uno, Alonso volvió a demostrar que es lejos el mejor piloto de la actualidad, encabezando un podio que probablemente tiene a Hamilton y Vettel en escaños inferiores… lejos en mi opinión.
Sin embargo, semejante supremacía y ausencia absoluta de errores de manejo por su parte no fueron suficientes. El RBR en manos de Vettel, más los puntos que con el mismo auto pudo “restarle” Webber a los del Cavallino, fueron suficientes para demostrar que “andar más que el auto” no era suficiente para obtener la corona. Es necesario el mejor auto para superar al mejor piloto. Al menos en este caso.

En nuestro TC, los caprichos reglamentarios de Aventín demostraron que no solo es capaz de hacer lo que se le cante y mantener su decisión, sino que la misma era darle el campeonato a Ford… y si la corona la podía calzar “Junior”, mejor. Más allá del hecho anecdótico, el resultado reafirma la estadística con un caso matizado ya no por la libre competencia tecnológica, sino por una clara ventaja antideportiva… porque no se me ocurre otra definición a otorgarle a una marca 30 Hp de más que al resto, en una categoría con motores relativamente “flacos”. El fin de año debiera haber desdoblado la corona en dos: Ford y el resto. Curiosamente, los mejores pilotos de la Argentina, no pudieron campeonar en TC. Esto no implica menospreciar al piloto que obtuvo la corona. Solo apuntar que fue el mejor Ford, mientras el resto corría en otra categoría.

Evidentemente la suma piloto-auto hoy da un resultado que depende más de la tecnología mecánica que de la destreza humana. Es muy difícil comparar pilotos salvo cuando manejan un mismo auto, o cuando se miran sus errores y antecedentes históricos, evolución, conductas deportivas, etc.

Lo único que me queda muy claro, es que si los reglamentos por un lado, y las sanciones deportivas por el otro, no se manejan con equidad, el resultado final de cada carrera, y el logro final de una corona o copa, está en manos ya no del piloto-deportista, sino de gente que puede tener ya no al deporte en mente sino otro tipo de consideraciones. Es entonces cuando me pregunto si el automovilismo como deporte no estará muriendo. Al menos en nuestro país, pareciera que sí. Esto no implica de manera alguna que cualquier actividad no deba ser rentable… solo que si lo llamamos deporte, las condiciones deben ser las mismas para todos. Tal vez por eso, algunos ya no consideran al automovilismo como tal. Una lástima. Al menos no es eso en lo que se pensaba cuando decíamos “corre más que el auto”.